jueves, 17 de diciembre de 2015

La Edad Digital

Image by Frits Ahlefeldt-Laurvig
 under Creative Commons License 
Existe una tendencia historiográfica a reconocer el advenimiento de una nueva era mucho tiempo después de que aquél se ha producido. Es hora de reconocer que resulta ya anacrónico hablar de Edad Contemporánea como si las características y fenómenos que dieron origen a dicho paradigma fuesen representativos del paradigma actual. En este sentido, la presente nota constituye una exhortación a los historiadores para reconocer que la Edad Contemporánea ha ya concluido y resulta necesario postular y definir las notas características de esta nueva era, que aquí hemos dado en llamar Edad Digital.
En cierta manera es posible afirmar que la Edad Contemporánea, marcada por el auge de la revolución industrial fue, fundamentalmente, una revolución del transporte y de la economía. La aparición del ferrocarril y las maquinarias de escala, acortaron las distancias geográficas y permitieron la aparición de los medios de producción masiva[i].

La Edad Moderna, en cambio, fue principalmente una revolución cultural e informática: la invención de la imprenta permitió que la difusión del conocimiento experimentará una distribución y aceleramiento exponencial en el curso de pocas décadas[ii].

Del mismo modo que la Edad Moderna fue una revolución de la información, la Edad Digital constituye primordialmente un avance sustancial en materia de información. Mientras que las formas de comercio y la producción de bienes siguen siendo básicamente los mismos que durante la Edad Contemporánea, el caudal y velocidad con que se generan nuevos datos no permiten ya identificar esta última edad con la primera.

Pronto, la Internet de todas las cosas (por sus siglas en Ingles, IoT Internet of Everything) cambiará probablemente la estructura económica y será tiempo ya de hablar de una nueva era post-digital.

Similitudes entre la Edad Moderna y la presente Edad Digital

Antes que Johannes Gutenberg inventara la imprenta en 1449, los estudiosos leían libros que se habían escrito miles de años atrás. Y es que copiar tan sólo una docena de páginas requería un día entero de trabajo. De repente, con la creación de la imprenta, cerca de 4.000 páginas se podían imprimir en un solo día. Dicha innovación creo el terreno propicio para que las tesis de Martín Lutero en contra de la iglesia católica tuvieran un efecto viral[iii].
La aparición de la imprenta significó que el monopolio editorial eclesiástico fuera desplazado por grandes compañías editoriales privadas. No obstante, si bien en una forma secular, la información continuó siendo distribuida de manera vertical de arriba hacia abajo.

En contraste, la Edad Digital, con la aparición de la World Wide Web ha posibilitado a los individuos publicar y distribuir sus ideas a un costo económico casi inexistente. En este nuevo mundo de las redes sociales, los canales de información ya no son necesariamente instituciones. La información viaja de un individuo a otro a través de redes sociales que permiten compartir contenido, expresar opiniones, y resolver problemas en forma no-mediatizada[iv].

Asimismo, del mismo modo que en la Edad Moderna la aparición de la imprenta produjo una revolución social y, en cierto modo, subvirtió el orden político instaurado por la Iglesia, en la Edad Digital, el auge de la comunicación individuo a individuo está destruyendo la distribución vertical del conocimiento con su estructura de arriba hacia abajo, para reemplazarla por una estructura horizontal anti-monopólica. En el ámbito político, a su vez, puede decirse que tanto Lutero como los revolucionarios de la Primavera Árabe, capitalizaron la dinámica de este nuevo entorno mediático, y lo aprovecharon para difundir su mensaje y organizar la movilización social.

En definitiva, nos encontramos frente a un nuevo paradigma que ha comenzado a democratizar el proceso de toma de decisiones y acelerado la producción y difusión de la información. Fenómenos éstos que desafían la distribución verticalista del conocimiento, y que ameritan, a nuestro entender, el reconocimiento oficial, definición y caracterización de una nueva era histórica: la Edad Digital.

 



[i] Los acontecimientos de esta época se han visto marcados por transformaciones aceleradas en la economía, la sociedad y la tecnología que han merecido el nombre de Revolución industrial Edad Contemporánea" - Wikipedia, La Enciclopedia Libre. N.p., n.d. Web. 17 Dec. 2015.
[ii]Edad Moderna: De mediados o finales del siglo XV a mediados o finales del siglo XVIII. (…) Se toma como hitos que marcan su comienzo la Imprenta, la toma de Constantinopla por los turcos o el descubrimiento de América” "Historia" - Wikipedia, La Enciclopedia Libre. N.p., n.d. Web. 17 Dec. 2015.
[iii] Friedrich Myconius, un amigo de Lutero escribió que "Apenas 14 días habían pasado cuando estas proposiciones eran conocidas en toda Alemania y dentro de cuatro semanas casi toda la cristiandad estaba familiarizado con ellas”. How Luther Went Viral." The Economist. The Economist Newspaper, 17 Dec. 2011. Web. 17 Dec. 2015.
[iv] Westendorf, Eric. "Schools and Curriculum In The Post-Gutenberg Era" Forbes. Forbes Magazine, n.d. Web. 17 Dec. 2015.
 
 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

El Tsunami Informático: Big Data

Caos vs. sentido
Image by Worker OpenClipArt

La explosión del Big Data o Datos Masivos se refiere en primer lugar –como resulta fácil entrever- al aspecto cuantitativo que caracteriza a la ciencia de la información en este primer cuarto del milenio. Si tomamos todos los datos que se generaron en el mundo entre los inicios de la historia hasta el año 2000, la misma cantidad de datos se genera ahora cada pocos minutos. De hecho, más del 90% de los datos en el mundo fue creado en el último par de años.

Ahora bien: más no significa mejor, y el hecho de contar en nuestra empresa, negocio, o laboratorio farmacéutico con miles de megabites de datos no significa necesariamente que nuestro desempeño se torne inmediatamente más efectivo. El valor radica en la cantidad de información relevante, cohesiva y lógica que podemos llegar a derivar del conjunto colosal de datos.

El tamaño es, sin duda, un componente del fenómeno del Big Data, pero este concepto se utiliza también muchas veces para designar otro tipo de factor: la Organización de esa información masiva. En el pasado nos basamos principalmente en datos estructurados, del tipo que se puede poner en tablas y planillas, tales como transacciones de ventas por cliente, región, etc. En cambio, hoy, tenemos la capacidad de utilizar y analizar una gran variedad de datos, incluyendo el texto escrito, palabras habladas, así como datos biométricos, fotografías y vídeos.

Ahora bien, para hacer un uso eficiente de los datos masivos a disposición  necesitamos herramientas que ayuden a extraer las señales ocultas dentro de toda esa maraña de datos. Es dentro de este esquema que las empresas están progresivamente alejándose de las bases de datos internas (intranets) para volcarse hacia sistemas the análisis alojados en la Nube informática (ver mi artículo “The Cloud o la Nube de la información” para más detalles).



El manejo de la información con una infraestructura en la Nube permite a los negocios e instituciones abordar sus análisis y estrategias poniendo en primer lugar sus preguntas para luego considerar aquéllos conjuntos de datos que pueden ser relevantes. Con esta nueva modalidad, el análisis no necesita limitarse a los conjuntos de datos estrechos, controlados que son producto de hojas de cálculo y bases de datos prefrabricadas en las que sólo cambian los valores, pero no hay dinamismo en los rubros[i].

Las aplicaciones de los Datos Masivos son ilimitadas. Big Data es importante para todas las empresas, de cualquier tamaño, en cualquier industria.



Aplicaciones

• Las empresas utilizan grandes volúmenes de datos para comprender mejor a sus clientes mediante las operaciones registradas en su propio negocio, pero también empleando datos obtenidos de redes sociales, aplicaciones de telefonía móvil, etc.
• Las empresas optimizan sus procesos de abastecimiento mediante el análisis de condiciones meteorológicas y tráfico de las rutas en la cadena de suministro.
• Big Data se utiliza en el sector de salud para encontrar nuevas curas para el cáncer, para optimizar los tratamientos e incluso predecir enfermedades antes de que los síntomas físicos lleguen a aparecer.
• Big Data se utiliza para analizar y mejorar el rendimiento de las personas (en los deportes, en el hogar o en el trabajo), donde los datos de los sensores en equipos y dispositivos portátiles pueden ser combinados con análisis de video para obtener conclusiones que anteriormente eran imposibles de predecir.
• Las fuerzas de policía y las agencias de seguridad utilizan grandes volúmenes de datos para prevenir los ataques cibernéticos, detectar el fraude de tarjetas de crédito, papel de terrorismo e incluso predecir la actividad criminal.
• Big Data se utiliza para mejorar nuestras casas, ciudades y países mediante, por ejemplo, la optimización de la calefacción o la iluminación, el flujo de tráfico en nuestras ciudades, o la producción y consumo de energía.[ii]



[i] "Big Data Possibilities." What Is Big Data: Overview, Video, Use Cases and Articles by Bernard Marr. N.p., n.d. Web. 09 Dec. 2015.
[ii] Diamonds Or Coal: What Is In Your Data?” Forbes. Forbes Magazine, n.d. Web. 09 Dec. 2015.


jueves, 29 de octubre de 2015

¿Qué es The Cloud o La Nube de la Información?


Imagen de OpenClipArt por gsagri04
Cuando escuchamos la expresión “nube de la información” en seguida pensamos de forma vaga e intuitiva en la Internet (y es que, de hecho, la “nube informática” tiene que ver, y mucho, con ella). Sin embargo la Internet –en su forma más protoarcaica- existe desde hace más de 40 años, y es popular desde hace al menos 20 sin que la expresión “nube” fuera de ninguna manera asociada a aquélla. Y es que, en efecto, la expresión “The Cloud” fue acuñada en años recientes para dar cuenta de un fenómeno nuevo relacionado a la Internet[i], de una nueva modalidad de acceso a las aplicaciones (el término software ya casi ni se usa). Años atrás la forma de acceder a un programa, aplicación o software era típicamente acudir a la tienda de computación, adquirir unos discos y cargarlos en la computadora (el hardware). Casi inadvertidamente, esta modalidad de acceso a las diversas aplicaciones ha sido desplazada por su utilización en línea.

Sin necesidad de esforzar mucho la memoria, podemos mencionar el ejemplo de Adobe Acrobat, que hasta hace muy poco tiempo requería una descarga del programa en la computadora y ahora, en cambio, sólo requiere la registración del usuario mientras que toda la información es soportada  en línea. Es cierto que los documentos que el usuario crea pueden ser “descargados” en su ordenador privado (aunque también es posible optar por su almacenamiento en la Nube) pero la utilización del servicio en sí no requiere ninguna descarga. Otro ejemplo es la aparición de plataformas como SoundCloud, que sin requerir ninguna descarga de software en el ordenador, permite al usuario almacenar su lista de canciones favoritas y acceder a ellas desde su propia computadora o cualquier otra.

El concepto de “nube informática” es muy amplio, y abarca casi todos los posibles tipo de servicio en línea, pero cuando las empresas predican ofrecer un utilitario alojado en la Nube, por lo general se refieren a alguna de estas tres modalidades: el software como servicio (por sus siglas en inglés SaaS –Software as a Service-), la Plataforma como Servicio (PaaS) o la Infraestructura como Servicio (IaaS).

El software como servicio (SaaS) es un modelo de distribución de software en el que las aplicaciones están alojadas por una compañía o proveedor de servicio y puestas a disposición de los usuarios a través de una red, generalmente la Internet. Plataforma como servicio (PaaS) es un conjunto de utilitarios para abastecer al usuario de sistemas operativos y servicios asociados a través de Internet sin necesidad de descargas o instalación alguna. Infraestructura como Servicio (IaaS) se refiere a la tercerización de los equipos utilizados para apoyar las operaciones, incluido el almacenamiento, hardware, servidores y componentes de red [ii].




[i] The origin of the term cloud computing is unclear. The expression cloud is commonly used in science to describe a large agglomeration of objects that visually appear from a distance as a cloud and describes any set of things whose details are not inspected further in a given context. Liu, [edited by] Hongji Yang, Xiaodong (2012). "9". Software reuse in the emerging cloud computing era. Hershey, PA: Information Science Reference. pp. 204–227. ISBN 9781466608979. Retrieved 11 December 2014. (Cited in Wikipedia "Cloud Computing." Wikipedia. Wikimedia Foundation, n.d. Web. 29 Oct. 2015).
[ii] "What Is SPI Model (SaaS, PaaS, IaaS)?” - SearchCloudComputing. Tech Target, Feb. 2012. Web. 29 Oct. 2015.

jueves, 18 de junio de 2015

La Economía Colaborativa

Imagen de Equipe Integrada bajo Licencia Creative Commons
La economía colaborativa[i] o consumo colaborativo o economía consumidor/ consumidor (C/C) es una nueva tendencia en el ámbito de la comercialización, posibilitada por diversas plataformas de Internet y caracterizada por la prestación de bienes y servicios de consumidor a consumidor, en contraposición al esquema tradicional de prestaciones entre consumidor y empresa. En este nuevo esquema, las personas comunes que no están constituidas como empresa alquilan habitaciones, coches, barcos y otros activos directamente a otros consumidores, a través de plataformas de Internet que emparejan la oferta y demanda de un mismo bien. Los economistas hablan de un cambio de modelo económico: de la economía de la propiedad a la economía del simple acceso.
En general, esta modalidad de consumo reporta beneficios para ambas partes de la relación comercial: el propietario de un activo puede rentarlo durante el tiempo que no hace uso de él, y el arrendatario paga menos de lo que costaría acceder a ese activo en el esquema tradicional de consumidor a empresa. Los autores también señalan que este sistema es ecológicamente más sustentable ya que maximiza la utilización de los recursos evitando el dispendio inherente a la creación de recursos nuevos. Asimismo, pone al alcance del consumidor de menor poder adquisitivo bienes de alto costo económico, tales como casas y vehículos.
La comercialización entre consumidores siempre ha existido; un ejemplo clásico es la renta de casas de fin de semana, o el alquiler temporario de un  motorhome. Sin embargo, gracias a la explosión de las nuevas tecnologías, lo que ha cambiado es el volumen de datos y la aparición de nuevas herramientas que posibilitan la expansión de este modelo en gran escala.
La internet posibilita cruzar una cantidad enorme de datos para encontrar las mayores coincidencias entre arrendatarios y arrendadores. El uso de teléfonos inteligentes con GPS y localización satelital, permite encontrar –por ejemplo- el automóvil que está estacionado más cerca. Las redes sociales permiten el acceso a una especie de carta de identidad de las partes, lo que inviste a la relación comercial de una naturaleza más humana y familiar.
En general, estas plataformas que ofrecen el emparejamiento de oferta y demanda (tales como Airbnb en el ámbito del hospedaje, o RelayRides en el ámbito de los coches de alquiler) suministran un sistema de pagos y facturación online, un esquema de críticas y ratings de los participantes, publicidad mancomunada para todos los usuarios, y en ocasiones servicios adicionales como seguro por responsabilidad legal.

PRINCIPALES PLATAFORMAS POR INDUSTRIA

A continuación describiremos algunas de las principales plataformas por su volumen de transacciones, rentabilidad y escala publicitaria.

HOSPEDAJE: Sin duda la plataforma más renombrada es Airbnb, que provee a sus usuarios con diversos tipos de alojamiento, desde humildes cuartos hasta casas o mansiones enteras. Desde que fue fundada en 2008 ha proveído de acomodamiento a más de 4.000.000 de personas. El arrendador establece su tarifa y las reglas del alojamiento (tales como la admisión de mascotas o la prohibición de fumar).  El arrendatario escoge el alojamiento de su interés de un listado de más de 300.000 viviendas, establece la fecha de ingreso y la duración del alojamiento, y puede incluso acceder a la información de perfil de su anfitrión para cerciorarse de la afinidad personal, o la confiabilidad que ofrece el hospedaje. La plataforma cobra una comisión que va del 9% al 15% de la tarifa de alquiler%. Otras plataformas similares son Wimdu, Roomorama, y BedyCasa

COCHES DE ALQUILER: En esta industria una de las plataformas más conocidas es Uber que provee al usuario tanto de automóviles como de choferes (el propietario del automóvil oficia las veces de conductor)  así como RelayRides por la cual el usuario obtiene la autorización para usar un vehículo ajeno, pero debe conducirlo él mismo. Estas plataformas se valen de aplicaciones de internet que con el empleo de GPS y satélite permiten ubicar el coche más cercano en el momento que el usuario lo precisa.  Plataformas similares son Tamyca, Wheelz, WhipCar, Buzzcar, Getaround, Lyft, y SideCar.

VENTA AL POR MENOR: Plataformas tales como Ebay y Mercado Libre posibilitan que los consumidores oficien de vendedores minoristas, y son pioneras en el esquema de calificaciones y rating de usuarios.

MERCADO DE CAPITALES: La difusión de la economía C/C ha alcanzado incluso al mercado de capitales con figuras tales como el Crowdfunding o Financiación Mancomunada, en las que el prestatario no es ya la clásica institución bancaria sino inversores individuales en busca de un proyecto atractivo en el cual invertir[ii].

OTRAS INDUSTRIAS: DogVacay y Rover ofrecen servicios de hospedaje para mascotas; Boatbound ofrece alquiler de barcos a corto plazo. Por su parte Snapgood posibilita el acceso a bienes de consumo de muy diversa índole, tales como cámaras fotográficas, electrodomésticos, instrumentos de música, etc[iii] mediante el alquiler temporal de los mismos.


EL LADO OSCURO DE LA ECONOMÍA C/C

Como señala Rachel Botsman, la autora de un libro sobre el tema, la economía colaborativa posibilita al consumidor tomar control y apartarse de los patrones de consumo a veces despóticos de las empresas convencionales[iv]. Sin embargo, algunos investigadores han tildado esta posición de extremadamente idealista así como llamado la atención sobre la zona de dudas e incertidumbres en lo que se refiere a la reglamentación de estas actividades.
La preocupación principal es la incertidumbre regulatoria. Existen dudas y un vacío legal en cuanto a contribuciones impositivas, cobertura de seguros y responsabilidad legal: ¿deberían los cuartos de alquiler estar sujetos a impuestos de hotel, por ejemplo?, ¿qué compañía aseguradora debería cubrir los gastos en caso de que un coche de alquiler sufra un accidente, la aseguradora de la plataforma o la aseguradora individual del conductor?. En Amsterdam, por ejemplo, el gobierno está utilizando anuncios Airbnb para localizar a los hoteles sin licencia. En algunas ciudades de Estados Unidos, los servicios de taxi C/C han sido prohibidos después de la presión ejercida por las empresas tradicionales de taxi[v].
Por su parte, la idea de democratización del comercio ha sido puesta en duda por autores tales como Tim O’Reilly de O’Reilly Media quien señala que cada vez que un nuevo mercado aparece a menudo parecen más democratizantes de lo que terminan siendo[vi]. En opinión de estos analistas, del mismo modo que ocurrió con eBay –originalmente un mercado de compraventa entre pares- estas plataformas tienden progresivamente a ser utilizadas por las empresas convencionales quienes gozan de una ventaja competitiva que, en el largo plazo, les permite predominar también en estos espacios originalmente democráticos. Sitios como eBay y Mercado Libre ahora están dominados por profesionales que utilizan estas plataformas como herramientas para crear nuevas oportunidades de negocios.
En cualquier caso, el hecho de que numerosos legisladores alrededor del mundo estén hoy por hoy estudiando y discutiendo marcos regulatorios para las mencionadas plataformas resulta revelador de la importancia y potencial que tiene este nuevo modelo económico cuya trascendencia y repercusiones trascendencia recién comienzan,




[ii] Para mayores detalles consultar mi artículo "Qué es Crowdfunding o Financiación Mancomunada"
[iii] Forbes. Forbes Magazine, n.d. Web. 18 June 2015.
[iv] Rachel Botsman. "The Sharing Economy Lacks A Shared Definition"" Co.Exist. N.p., 21 Nov. 2013. Web. 18 June 2015.
[v] "All Eyes on the Sharing Economy." The Economist. The Economist Newspaper, 09 Mar. 2013. Web. 18 June 2015.
[vi] Ibidem

viernes, 5 de junio de 2015

¿Qué es Crowdfunding o Financiación Mancomunada?


Imagen de Ota Photos bajo licencia Creative Commons
Seguramente ha oído ya hablar de la palabra crowdfunding, muy en boga entre los analistas de finanzas. Sin embargo, existe mucha confusión entre los emprendedores y comerciantes de habla hispana debido a la raigambre anglosajona de este concepto. Veamos en detalle de qué se trata, y qué repercusiones tiene en el mercado de toma y entrega de capitales.

¿Qué es crowdfunding?

La palabra “crowfunding” proviene del inglés crowd "multitud" y funding "financiación/ recaudación". Esta aclaración etimológica ya nos da una idea de algunas características definitorias del crowfunding: la acción o intención de recaudar dinero (ya sea en forma de donación o de préstamo) para llevar a cabo emprendimientos comerciales, proyectos artístico, académicos, obras de caridad u otros fines. Asimismo, la palabra “crowd” o “mancomunada” señala que la financiación del proyecto no descansa en manos de un prestamista individual, ni tampoco de un único fondo de inversión bancario, sino de una multitud de pequeños inversores que simpatizan con el proyecto o inversores que confían en la rentabilidad del emprendimiento y prevén recibir atractivas ganancias.
Si bien el concepto de Crowdfunding es relativamente nuevo, lo cierto es que la Financiación Mancomunada existe desde los albores de la sociedad. Tal sería el caso, por ejemplo, de una taberna cuya escasa rentabilidad pusiera en riesgo la continuidad del negocio, pero que por ser un lugar privilegiado de encuentro obtuviese una contribución de dinero masiva por parte de los habitantes del pueblo. Se trata de la famosa “vaquita” en Argentina o “hacer la vaca” o “coperacha” en Méjico en las que un grupo de personas aporta una suma de dinero para comprar algo en común. La diferencia de la Financiación Mancomunada con estas otras figuras folclóricas es que no siempre al final de la contribución la propiedad o las acciones del emprendimiento son compartidas como ocurre en el caso de la coperacha, sino que en muchos casos no hay recompensa alguna, y en otros la recompensa es la devolución del capital más un interés.
De cualquier manera, como ya hemos señalado, la figura del crowdfunding es relativamente nueva, y se aparta de estos antecesores financieros. Ello se debe a la difusión de la Internet que le ha conferido a la Financiación Mancomunada una naturaleza nueva y distinta. Con el acceso a la red de la información es posible alcanzar a un número enorme de potenciales inversores a fin de entusiasmarlos con el proyecto. Asimismo, posibilita la aparición de plataformas como Kickstarter y Indiegogo que conectan a aquéllas personas necesitadas de financiación con los individuos deseosos de financiar, y controlan que el proceso de financiación y recompensas se realice de acuerdo a políticas y reglas claras.

Si bien la técnica de la Financiación Mancomunada ha logrado que el crédito sea más accesible que nunca para los pequeños emprendedores, el número de start-ups también ha crecido, por lo que el crowdfunding no es una garantía de éxito. Sigue siendo de vital importancia que el proyecto sea presentado en forma atractiva y que ofrezca ventajas competitivas respecto de los otros proyectos publicitados en el mercado.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Retrato de una generación: los Milenarios


"Oficina de Google en Zurich" por Andrewarchy bajo
Licencia Creative Commons
La generación Y o de los Milenarios está constituida por el conjunto de personas nacidas entre los años 1980 y 2000 y cuyas edades en la actualidad oscilan entre los 15 y 35 años. Los Ys (como también es posible llamarlos) han crecido y llegado a la edad adulta en un período histórico de auge tecnológico y globalización cultural, de incertidumbre económica pero de gran expectativa y optimismo respecto al futuro[1].  Acaso la habitualidad y velocidad de los cambios a que se han acostumbrado desde temprana edad, explique la naturaleza adaptativa y flexible de esta generación.
La generación de los Milenarios es la más grande en la historia de los Estados Unidos, y con un total de 92 millones de personas supera incluso a la generación de los Baby Boomers constituida por 77 millones.

¿Cómo son los miembros de la Generación Y? ¿Qué los define?

Tecnófilos Natos. Entre los medios de difusión mucho se habla de estos individuos como “digital natives” lo que significa que, para ellos, el empleo de la tecnología es parte de su vida ordinaria desde sus primeros años de edad, han nacido y se han criado con al menos un dispositivo electrónico al alcance de la mano y para ellos las nuevas tecnologías no son misteriosas y complicadas prácticas a las que es preciso adaptarse. Se estima que, en su vida adulta, los Ys invierten aproximadamente el 50% del día en actividades online, de acuerdo a una investigación llevada a cabo por Goldman Sachs[2].

De Raza y Cultura diversas. Los Ys constituyen la generación más racialmente diversa en la historia de los Estados Unidos. Ello obedece a las aún presentes olas de inmigrantes que caracterizan a este país, así como al producto de inmigraciones ocurridas en décadas anteriores. De acuerdo con censos del 2014 el 43% de los milenarios son descendientes de hispanos, asiáticos u otros grupos foráneos, y la Secretaría de Censos de los Estados Unidos prevé que, no sólo el 50% de los milenarios, sino aproximadamente la mitad de toda de la población de ese país será “non-white” alrededor del 2043[i].

Optimistas sobre el futuro
Los Ys se muestran más optimistas que los adultos de previas generaciones sobre el futuro del país, con un 49% de Ys afirmando que los mejores años del país están por venir, frente al 42% aventurado por la generación X, el 44% estimado por los Boomers, y el 39% por los Silents.

Socialmente desconfiados
Esta generación se crío en el marco de una economía inestable, caracterizada por el aumento de desempleo, la baja en los índices de salarios y el acotamiento en posibilidades de acceso a los bienes. Los Milenarios no pierden su optimismo existencial y consideran que todas estos obstáculos serán barridos progresivamente merced a la difusión masiva de los medios tecnológicos, con la consiguiente democratización de la toma de decisiones, tanto en el sector gubernamental como en el de las empresas privadas. El talento es un capital humano invaluable, y la apertura de las instituciones permitirá a ese talento ocupar las posiciones que conllevan una remuneración justa.
Como sea, los Milenarios no poseen tanto dinero como las generaciones antecesoras, y los Ys son muy cautos a la hora de gastar. Sin resignar calidad, los Milenarios invierten una gran parte de su tiempo en encontrar los mejores precios. Desconfian de los grandes holdings y las campañas de publicidad millonarias, y se inclinan hacia productos que parecen ofrecer un balance razonable entre precio y calidad. Su desconfianza está más orientada hacia el “Sistema” tradicionalmente “monopolista”, tradicionalmente “excluyente” característico de épocas anteriores.
Por no gozar de los mismos niveles de ingresos que, por ejemplo, gozaban los Baby Boomer, son reluctantes a comprar bienes de alta gama, como casas y automóviles, así como a embarcarse en compromisos de largo plazo tales como hipotecas, créditos personales, etc. Podría decirse que esperan hasta que se afiancen las nuevas formas jurídicas de acceso a los bienes y servicios, distintas a la clásica compra o préstamo.

Reluctantes frente al Matrimonio
Los Ys en general han pospuesto hitos en la vida de los individuos tales como casarse o tener hijo unos cuantos años en comparación a generaciones anteriores. Mientras que en 1973 la edad media de matrimonio se encuentra en los 23 años, en el 2010 esa media se ubica en los 30 años. Existen dos factores importantes que pueden estar determinando este rasgo comportamental: la escaces mayor de recursos económicos necesarios para sostener una familia, por un lado, y una cierta adicción a las opciones sin fronteras. La Internet y, más concretamente las redes sociales, permiten conectarse y conocer un mucho más grande número de personas e interactuar con ellas. La diversidad, la sorpresa ante nuevas personas, nuevas culturas, el acceso a su intimidad en muchas ocasiones, sin duda juega un papel importante a la hora de embarcarse en un compromiso de matrimonio sin fecha de expiración.


Influencia de la Generación Y en el Mercado de Consumo

Es posible mencionar dos consecuencias notables de la incidencia de los Ys en el mercado de bienes y servicios actual. Una de ellas es lo que ha dado en denominarse “the sharing economy” que es el resultado de la predilección de los Milenarios por el acceso a los bienes de consumo a través de formas jurídicas que no implican titularidad o propiedad, sino intercambio. En vez de comprar un auto, los Milenarios utilizan un servicio como el ofrecido por la empresa Uber en el que la misma persona puede ser conductor en ciertas ocasiones y pasajero en otras, viajando al costo de su propio crédito frente a la empresa. También se advierte la proliferación de este tipo de intercambio en las áreas de la hotelería, con el intercambio de casas y apartamentos temporales  y en el terreno de la educación con las universidades online abiertas. 

"Marketing to Millennials" por Jonny Goldstein bajo
Licencia Creative Commons
La otra consecuencia es el Marketing artesanal del boca en boca, a través de las críticas y comentarios sobre los productos en los foros, tiendas online y redes sociales. Este fenómeno pone en crisis el esfuerzo de las marcas poderosas por perpetuarse como líderes en el mercado merced tan sólo a su inversión en publicidad. En cambio, el acceso a la calificación de los productos por parte de consumidores imparciales y la posibilidad de comparar precios al alcance de un simple click, está inclinando el mercado hacia las compañías que realmente ofrecen un producto de calidad a precios más convenientes. Cuando la publicidad está dirigida a Milenarios, una marca fuerte no es suficiente para cerrar la venta.


Afiliación Religiosa y Política

Del mismo modo que en el área del consumo y las marcas, los Ys tampoco se alinean en una relación de lealtad incondicional con grupos religiosos o partidos políticos.

De acuerdo con una investigación llevada a cabo por Pew Research Center, el 50% de los Ys se describen a sí mismos como políticamente independientes, y cerca del 30% declara no estar afiliado a ninguna religión. Éstos son los índices más altos de desafiliación registrado para cualquier previa generación de los Estados Unidos. Acaso este fenómeno se encuentre en estrecha vinculación con el hecho de que la Generación Y es la más diversa en términos étnicos, raciales y culturales en la historia de ese país.
Sin embargo, esta desafiliación no significa apatía cívica: se involucran en los temas de debate candente sobre las políticas de gobierno en curso, emiten su opinión comprometida y la difunden en las redes sociales, y representan un gran número de activos votantes en los comicios cuando llega la hora de sufragar. En general votan fuertemente en favor de los demócratas ya que tienen una perspectiva liberal en la mayor parte de cuestiones sociales y políticas.



[1] Pew Research Center, “Millennials in Adulthood” Published on March 7, 2014
[2] Goldman Sachs “Millennials coming on Age”, published in Golden Sachs, Our Thinking: Macroeconomic Insights.

sábado, 23 de mayo de 2015

Los Milenarios y la Multiculturalidad

"The Global Society" por Frits Ahlefeldt-Laurvig
bajo licencia Creative Commons
Tal vez parezca una obviedad, pero no está de más llamar la atención sobre el hecho de que las mayorías son modeladoras de tendencias y que las tendencias en ocasiones portan el germen de su propia perpetuación.
Mucho se habla de la multiculturalidad característica de la era global, y existen factores de orden mundial que justifican esta tendencia. Por supuesto, el hecho de que podamos conectarnos a Google Más y charlar con una persona en la India o Corea al instante, y a muy bajo costo es uno de los motores fundamentales de la sociedad multicultural. Pero esta explicación, sin duda importante, puede ocultar otra explicación de orden más local y menos notoria. En los Estados Unidos (un coloso en materia de forjar cultura, a través de su liderazgo en el área de la música, la cinematografía, etc) los milenarios son la generación más racialmente diversa de la historia. De acuerdo con censos del 2014 el 43% de los milenarios son descendientes de hispanos, asiáticos u otros grupos foráneos, y la Secretaría de Censos de los Estados Unidos prevé que, no sólo el 50% de los milenarios, sino aproximadamente la mitad de toda la población de ese país será “non-white” alrededor del 2043[i]. Esta circunstancia conduce a las marcas y compañías publicitarias a medir la diversidad en términos de datos demográficos y a calcular su audiencia en función de los guarismos derivados de los censos. Sin embargo, como se señaló al principio, “las mayorías son modeladoras de tendencias” y la repercusión del cambio en la composición demográfica no se detiene allí, en la relación del uno por uno: un asiático, un consumidor más de thai food, sino que dicho cambio tiene un efecto multiplicador: la “generación de la diversidad” es un agente que promueve aceptación de la multicularidad con energía transformadora y multiplicadora.
Tal como el consultor publicitario Eddie Yoon señala en su artículo del Harvard Business Review, la cultura no está estrictamente determinada por los orígenes o pertenencia racial de un individuo, sino que es el producto de las elecciones que cada persona hace sobre cómo gasta su tiempo y dinero. “La esencia de la cultura es una pasión compartida  por diferentes experiencias en común” dice Eddie Yoon en su artículo. Esta aproximación al concepto de cultura explicaría fenómenos tales como que los mayores consumidores de hip hop no son milenarios de color negro y de origen urbano, sino que el 80% de esta música es consumida por hombres blancos de los suburbios.
Sin embargo, las compañías siguen ejecutando erróneamente sus campañas publicitarias pensando en sus consumidores como resultado de una función unívoca con los datos demográficos. El corolario lógico de esta interpretación equivocada es la pérdida de muchas oportunidades en el mercado global.