La red parece ser un terreno propicio para la innovación en materia de quejas y protestas.
Una mezcla de creatividad, humor, y desenfado dieron un viraje imprevisible al desencanto y enojo suscitado por un acto discriminatorio en una pequeña ciudad de Texas.
En efecto, una pareja de gays se detuvieron a desayunar en el bar Big Earl´s de la ciudad de Pittsburg, Texas el pasado mes de Mayo.
La mesera, hija del propietario, se acercó a la pareja para decirles que no serían bienvenidos la próxima vez ya que el restaurante “no atiende a p**os”. A proposito, en la puerta del restaurant hay un letrero que dice “Welcome to Big Earl´s where Men act like Men, Women act like Ladies, No saggy pants, we reserve the right to refuse service to anyone“, lo que, en simple criollo equivale a decir: “si eres gay o negro, mejor sigue conduciendo”. Con tal idiosincrasia, no resulta demasiado difícil imaginar el impacto que habrá causado al propietario del local la reacción de la comunidad gay: en vez de defenestrar públicamente el lugar, y lanzar una campaña derogatoria en su contra, recurrieron a las redes sociales para patrocinar el restaurant como un fantástico destino gay para quien busca un buen desayuno en la ciudad.
Acaso estés familiarizado con redes sociales que son, a un tiempo, portales de reseña y de crítica para diversos locales que proveen productos o servicios a los consumidores (restaurantes, estaciones de servicio, locales de venta minorista, etc). En el caso particular de Big Earl´s el escenario virtual escogido para la protesta fue Yelp un portal de reseña y guía de información de gran popularidad en los Estados Unidos. El resultado final fue que la página correspondiente a este restaurante terminó por parecerse más a una tribuna política que a una nómina de recomendaciones y sugerencias. Tal vez fue éste el motivo por el que los ejecutivos de Yelp finalmente optaron por borrar gran parte de los comentarios. No obstante la represalia del consumidor dio resultado, y aún siguen desfilando por la puerta de Big Earl´s miríadas de parejas gay que hacen fila para entrar asegurándose que nunca falten un par de representantes de la comunidad en las instalaciones…
Imagen de Frits Ahlefeldt-Laurvig bajo Licensia Creative Commons |
Una mezcla de creatividad, humor, y desenfado dieron un viraje imprevisible al desencanto y enojo suscitado por un acto discriminatorio en una pequeña ciudad de Texas.
En efecto, una pareja de gays se detuvieron a desayunar en el bar Big Earl´s de la ciudad de Pittsburg, Texas el pasado mes de Mayo.
La mesera, hija del propietario, se acercó a la pareja para decirles que no serían bienvenidos la próxima vez ya que el restaurante “no atiende a p**os”. A proposito, en la puerta del restaurant hay un letrero que dice “Welcome to Big Earl´s where Men act like Men, Women act like Ladies, No saggy pants, we reserve the right to refuse service to anyone“, lo que, en simple criollo equivale a decir: “si eres gay o negro, mejor sigue conduciendo”. Con tal idiosincrasia, no resulta demasiado difícil imaginar el impacto que habrá causado al propietario del local la reacción de la comunidad gay: en vez de defenestrar públicamente el lugar, y lanzar una campaña derogatoria en su contra, recurrieron a las redes sociales para patrocinar el restaurant como un fantástico destino gay para quien busca un buen desayuno en la ciudad.
Acaso estés familiarizado con redes sociales que son, a un tiempo, portales de reseña y de crítica para diversos locales que proveen productos o servicios a los consumidores (restaurantes, estaciones de servicio, locales de venta minorista, etc). En el caso particular de Big Earl´s el escenario virtual escogido para la protesta fue Yelp un portal de reseña y guía de información de gran popularidad en los Estados Unidos. El resultado final fue que la página correspondiente a este restaurante terminó por parecerse más a una tribuna política que a una nómina de recomendaciones y sugerencias. Tal vez fue éste el motivo por el que los ejecutivos de Yelp finalmente optaron por borrar gran parte de los comentarios. No obstante la represalia del consumidor dio resultado, y aún siguen desfilando por la puerta de Big Earl´s miríadas de parejas gay que hacen fila para entrar asegurándose que nunca falten un par de representantes de la comunidad en las instalaciones…
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